¿Tú equipo de cómputo esta lento? Sigue estos pasos
1. ¿Qué antivirus utilizas?
Hace un tiempo, en la época de Windows 7 y sus predecesores, en que el antivirus integrado en Windows no era tan bueno, obligando a los usuarios a instalar opciones de terceros. Como: Avast, Panda, Norton, McAfee…
Pero los tiempos han cambiado. Desde Windows 8 y, especialmente, con la llegada de Windows 10, la solución integrada por Microsoft (Windows Defender) es totalmente capaz a la hora de protegernos de software malicioso. Es reconocido como uno de los mejores antivirus del mundo debido a su alta tasa de detección.
Lo importante para el tema que nos ocupa es que se trata de un antivirus que no perjudica el rendimiento del sistema. Hay alternativas gratuitas, como Avast, que consumen una gran cantidad de recursos, algo que se nota mucho en equipos de gama baja, bajando el rendimiento. Si tienes instalado algún antivirus alternativo en Windows 10 revisa que no te coma recursos o asegurate de que tienes habilitado Windows Defender.
Para ello tan solo escribe en la barra de búsqueda de Windows «Seguridad de Windows» y aseguraros de que está habilitada la «Protección antivirus y contra amenazas».
2. ¿Has actualizado Windows?
En muchas ocasiones, los usuarios mantienen sus equipos sin actualizar durante meses o incluso años. Además de suponer un problema de seguridad, en ocasiones esto puede afectar al rendimiento de tu dispositivo, pues a menudo las actualizaciones corrigen errores clave en dicho apartado.
No hay motivos para tener una PC con Windows ejecutando una versión del año 2019. Manten tus equipos actualizados. Para comprobar si estás al día, solo tienes que escribir «Buscar actualizaciones» en la barra de búsqueda de Windows, lo cual nos llevará a Windows Update.
3. ¿Tienes espacio suficiente en tu disco?
Otro problema frecuente que podemos encontrar son discos duros y SSDs llenos, bajando el rendimiento del equipo y perjudicando su vida útil. Si tienes demasiado espacio ocupado y no sabes qué más puedes borrar, una vez comprobadas carpetas como «Descargas» y archivos de gran tamaño como películas, juegos y vídeos, te recomendamos hacer lo siguiente:
- Escribe «Liberador de espacio en disco» en la barra de búsqueda de Windows 10.
- Selecciona el disco que presenta problemas de almacenamiento.
- Haz clic en «Limpiar archivos del sistema».
- Comprueba si hay alguna opción que ocupe varios GBs de memoria. Comúnmente, la opción que tienes que seleccionar para eliminar será la de «Limpieza de actualizaciones de Windows».
4. Aplicaciones que se ejecutan al inicio
Este es uno de los problemas más frecuentes que provocan importantes pérdidas de rendimiento en las PCs con bastantes programas instalados. A menudo, mientras instalamos aplicaciones y programas, aceptamos la opción de que este se ejecute cada vez que arrancamos el sistema operativo, añadiendo carga de trabajo a nuestra computadora.
Para evitar que estos programas se inicien cada vez que encendemos nuestro PC, tan solo tenemos que seguir los siguientes pasos:
- Escribe «Aplicaciones de inicio» en la barra de búsqueda de Windows 10.
- Comprueba qué aplicaciones se están ejecutando al inicio y desactiva aquellas que no necesitas que estén funcionando desde que encender nuestra PC. Ponlé especial atención en las que tienen un «impacto alto».
5. Si nada funciona: restablece Windows
Si, a pesar de todo lo anterior, tu PC sigue presentando problemas de rendimiento, la solución más radical y recomendable es la de restablecer el sistema operativo. Es una tarea totalmente automatizada y muy sencilla.
Para hacerlo, tan solo tienes que escribir «Restablecer este PC» en la barra de búsqueda de Windows 10 y pulsar en «Comenzar». Nos dejará elegir entre «Mantener tus archivos personales» y «Quitar todo». Recomendamos elegir la segunda opción para limpiar por completo el sistema de archivos del equipo. Antes de restablecer la PC es recomendable una copia de seguridad de los archivos que quieres mantener (puedes hacerla copiando los archivos a un USB, un disco duro externo o guardándolos en la nube).
El proceso tardará un tiempo así que debes tener paciencia. No desconectes el equipo de la corriente mientras dura el proceso. No apagues el equipo. Cuando termine, tendrás una instalación limpia de Windows sobre la que comenzar a trabajar desde cero.
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